Muchos son los que a estas
alturas aún siguen pensando que la norma de la ventaja o más comúnmente llamada
ley de la ventaja, no existe en el fútbol de salón, esto puede ser motivado a
que nuestro deporte fue producto de una mescolanza de diferentes disciplinas en
cuya aplicación de las reglas de juego, no se conoce dicha norma o simplemente
no se aplica; recordemos que el fútbol de salón o futsal, tiene reglamentación
traída del baloncesto, y en ese deporte los árbitros no tienen como premisa otorgar
la referida norma. Probablemente dicho desconocimiento de la norma de la
ventaja es responsabilidad de nosotros los jueces, quienes en la mayoría de los
casos en que se está frente a la posibilidad de otorgarla, no lo hacemos y
cortamos el juego de inmediato beneficiando al infractor. Debo agregar, en
descargo de mis colegas y en el mío propio, que no es tan sencillo como parece
manejar una situación en la que exista una posible aplicación de esta norma,
para hacerlo y además, hacerlo bien es necesario poseer algunas cualidades cuyo
desarrollo depende en gran medida de la experiencia y el estudio.
Por otro lado, es importante
señalar que el Reglamento de Fútbol de Salón no contiene dentro de sus 14 leyes
la obligatoriedad de otorgar la norma de la ventaja, sin embargo recomienda su aplicación. Y en éste punto nos
preguntaríamos, ¿Cuál es la definición de la famosa Norma de la Ventaja? Hurgando
en algunas páginas de la red, he podido encontrar la siguiente definición:
Pablo Moyano. 2007 (Blog
Escuela de Árbitros de Fútbol, Mercedes – Corrientes)
La ley de la ventaja es la
facultad que les otorga el reglamento a los árbitros para detener o dejar
proseguir el juego cuando, al hacerlo no favorece al equipo que cometió la
infracción.
Además de manejar ésta
información, en nuestra función arbitral y en busca de buenos resultados a la
hora de que nos toque decidir si otorgamos o no una ley de ventaja, debemos
tomar en cuenta y estudiar algunas premisas, las cuales quizás están enmarcadas
directamente en el tema de la norma de la ventaja, y cuyo entendimiento es de
suma importancia para que los jueces actúen de forma eficiente.
1)
La
primera misión del árbitro es controlar el partido y garantizar la seguridad de
los jugadores. Algunos compañeros jueces inician sus
carreras solo con la idea de controlar el juego, sin tomar en cuenta también la
segunda parte de su misión, que es la de proteger a los participantes del
encuentro, muchas veces de ellos mismos cuando intentan participar en un
encuentro usando implementos que no son aptos para la práctica deportiva y con
los cuales pueden causarse lesiones. La seguridad de los jugadores debe ser
abordada por el árbitro de una forma global, es decir garantizar que durante el
partido el atleta tenga las condiciones dentro de la cancha para desarrollar
sus habilidades y que sean éstas las que le hagan obtener ventaja sobre sus
rivales y no la violación de las reglas de juego o la agresividad a la hora de
tratar de detenerlo y evitar ésta ventaja de la que les hablo. Por último y no
menos importante, es velar para que los recintos de juego posean las
condiciones óptimas para que se juegue fútbol de salón, sin que se tengan
objetos o estructuras que puedan causar algún accidente con las consecuencias
de jugadores lesionados, el árbitro en éste aspecto y en todos claro está, debe
ser preventivo para proteger al atleta.
2) Si
el atacante conserva la ventaja, no es necesario señalar una infracción. Característica
fundamental de la norma de la ventaja, es decir, el meollo del asunto. Si el
árbitro tiene la posibilidad o la capacidad de observar que al señalar la
infracción saldría beneficiado el infractor ya que el jugador que se proyecta
al ataque tiene la posibilidad de seguir evolucionando en pos de su objetivo,
éste debe permitir dicha evolución y no sancionar la falta. Con una decisión
como ésta el juez estaría contribuyendo con el espectador, el cual asiste a los
gimnasios para observar como la habilidad de algunos jugadores hace que el
mismo resalte por sobre sus contrarios, y daría una gran satisfacción a quienes
asistimos también para presenciar buenas actuaciones arbitrales.
3)
Solo
se deben señalar las infracciones que afectan directamente al juego. La
aplicación de ésta premisa es delicada y requiere que el árbitro apele a toda
su experiencia y sapiencia, para que su control sobre todos los aspectos del
juego sea absoluto, solo así podrá diferenciar entre una infracción que puede
dejar de señalar, ya que no afectará directamente el desarrollo del juego
fluido y otra que si lo hará. Los noveles jueces tienden a sancionar cuanta
falta se les atraviesa, en muchas ocasiones ello es contraproducente y se
tiende a que los equipos se acumulen en las faltas colectivas de forma
prematura; es en este punto donde comienzan los problemas para los árbitros, ya
que comenzarán a dejar de sancionar infracciones que unos minutos atrás eran
señaladas sin dudar, entonces vendrán las protestas sobre algunas de las cuales
tendrán que sancionar disciplinariamente con descalificaciones y hasta
expulsiones, lo que probablemente les desencadenara más problemas. Es por ello
que se hace necesario aprender el dominio en el conocimiento de lo que es una
falta, cuando sancionarlas y lo que es más importante, conservar este criterio
durante todo el desarrollo del partido, esto le dará al árbitro la facultad de
sancionar de igual forma una infracción comenzando el juego y finalizando el
mismo. A su vez el juez aprenderá también a diferenciar las infracciones que
afectan al juego directamente de las que no.
4)
No
se deben señalar demasiadas infracciones durante el juego. Es
difícil separar éste tema del anterior, ya que parecen abordar el mismo
contenido, sin embargo en la parte que antecede, hablamos de aprender a
diferenciar las infracciones sancionables de las que podrían dejar de
sancionarse, y en el tema actual, estamos hablando de economía arbitral. Se
pide que se sancionen, en la medida de lo posible, la menor cantidad de faltas
o infracciones, si esto se consigue, se estaría permitiendo el juego fluido de
los jugadores y ejercitando los fundamentos de la aplicación de la norma de la
ventaja. Por otra parte, es importante recordar, que no es necesario que los
árbitros se afanen en querer aplicar la presente premisa en todos los
encuentros y durante todo el partido; cada partido es diferente, y en algunos
encontraremos las condiciones adecuadas para ahorrar infracciones, sin embargo,
también se debe tener en cuenta que una de las funciones del árbitro es la de
señalar las infracciones y el no hacerlo nos causaría inconvenientes, por lo
tanto este punto se debe manejar con inteligencia.
5)
No
se debe señalar una falta cuando todavía hay posibilidades de jugar la pelota.
Acá se está hablando del momento exacto en que como árbitro, observamos la
jugada y su contexto: El jugador con la posesión de la pelota, los rivales que
están a su alrededor, la distancia que lo separa de la meta contraria y muchas
veces el conocimiento que tenemos del jugador y su habilidad. Todo ello nos
hace llegar a la toma de la decisión de dejar seguir la jugada, motivado a que
estamos convencidos de que todavía el jugador tiene grandes posibilidades de
continuar avanzando con la posesión de la pelota y lograr realizar una gran jugada
en la mayoría de los casos o sancionar una infracción que cortaría esta posibilidad;
y para todo esto solo se cuenta con fracciones de segundos en la toma de una
decisión que quizás sea la más importante de todo el partido.
En el caso de que apliquemos
todas estas premisas al pie de la letra y contemos con la inmensa fortuna de
que todo salga bien, nadie nos felicitará, el felicitado será el jugador quien
probablemente sea designado como el mejor jugador del encuentro, y sea
entrevistado por la cadena televisiva que transmite el juego. El árbitro no
será tomado en cuenta, ya que hizo tan bien su trabajo que nadie pudo notar que
otorgó una norma de la ventaja tan excelentemente bien que nadie la vio, todo
lo que vieron fue la habilidad del atleta venciendo a sus contrarios; lo único
que le quedará al juez será la gran satisfacción de haber pasado desapercibido.
Así que nuestro deber es seguir preparándonos técnica, física y tácticamente para afrontar esa fracción se segundos de un partido en los cuales podremos demostrar todo lo aprendido en nuestra vida arbitral.
Javier Guzmán
@franjafutsal
Así que nuestro deber es seguir preparándonos técnica, física y tácticamente para afrontar esa fracción se segundos de un partido en los cuales podremos demostrar todo lo aprendido en nuestra vida arbitral.
Javier Guzmán
@franjafutsal